EL DESARROLLO DEL LENGUAJE
EL DESARROLLO DEL LENGUAJE
1. El periodo preverbal o prelingüístico
Al principio de la vida los bebés emiten sonidos cada vez
más comunicativos y cercanos al lenguaje. El habla maternal o maternés,
caracterizada por un ritmo más lento, repeticiones frecuentes, frases más
cortas, simplificación gramatical y una pronunciación clara, puede resultar de
ayuda en el desarrollo progresivo de la comprensión lingüística del pequeño.
Las interacciones preverbales entre el bebé y otras personas
son calificadas como protoconversaciones porque tienen una estructura similar a
la de los diálogos. Este antecedente del lenguaje es complementado por
respuestas no verbales como los gestos manuales o las expresiones faciales.
Entre los signos prelingüísticos destacan los “protos”. Los
protoimperativos aparecen hacia los nueve meses; el bebé señala un objeto para
indicar a otra persona que lo quiere. Hablamos de protodeclarativos, que se
desarrollan a los doce meses, cuando un gesto similar tiene el objetivo de
llamar la atención del adulto para que se fije en algo.
En el primer año de vida los sonidos de los bebés avanzan
desde las primeras vocalizaciones reflejas, como gruñidos y llantos, hasta los
arrullos (consonantes, vocales o combinaciones simples como “gu”) y el
balbuceo, consistente en la producción de cadenas silábicas; inicialmente estas
se repiten, pero más adelante se combinan sílabas distintas.
Las primeras palabras aparecen aproximadamente a los doce
meses de vida. En esta época los bebés tienden a omitir y reemplazar fonemas,
así como a acercar la pronunciación de dos consonantes sucesivas para
facilitarla; esto se conoce como “asimilación”.
2. El periodo holofrásico
El término “holofrase” se utiliza para hablar de las frases
constituidas por una sola palabra, que resultan características de la segunda
etapa del desarrollo del lenguaje. Durante el periodo holofrásico las palabras
cumplen funciones que más adelante corresponderán a las frases.
El significado de las holofrases depende en gran medida del
contexto en que sean pronunciadas y del lenguaje no verbal. Así, si un bebé dice
“bibe” probablemente esté pidiendo que le den el biberón, pero si lo señala es
posible que quiera decir “Esto es un biberón”, por ejemplo.
La holofrase constituirá el núcleo del desarrollo
lingüístico: a pesar de la falta de gramaticalidad de estas construcciones, su
aparición indica que el bebé entiende que las verbalizaciones tienen como
objetivo básico transmitir un significado determinado a otras personas.
Los bebés suelen alcanzar el periodo holofrásico cuando
tienen más o menos un año. Más adelante su vocabulario aumentará de modo rápido
e intenso y poco a poco empezarán a combinar diferentes palabras.
Quizás te interese: "La teoría del desarrollo del
lenguaje de Noam Chomsky"
3. Las primeras combinaciones de palabras
El periodo holofrásico termina poco antes de los dos años. A
esta edad el vocabulario del bebé se ha complejizado mucho, de modo que ya es
capaz de combinar palabras y, por tanto, significados. De este modo aparecen
por primera vez de forma explícita sujetos y predicados, si bien aún no está
claro que el pequeño distinga entre categorías de palabras.
Entre los dos y los tres años los niños empiezan a combinar
tres o más palabras de forma habitual, llegando a emitir frases
sorprendentemente ricas. También aprenden a utilizar distintas entonaciones que
les permiten usar el modo interrogativo, por ejemplo.
Las primeras combinaciones de palabras son conocidas como
“habla telegráfica” porque los pequeños obvian los componentes menos
informativos de las frases, como los determinantes y las conjunciones, dando
prioridad a los verbos y a los sustantivos; estos últimos constituyen el grueso
de las palabras aprendidas durante esta etapa de explosión lingüística.
4. Desarrollo del lenguaje avanzado
En el periodo comprendido entre los 16 meses y los 4 años,
aproximadamente, el vocabulario de los niños aumenta de forma exponencial. Al
llegar a esta edad su capacidad lingüística empieza a aproximarse a la de los
adultos de forma progresiva, si bien serán necesarios bastantes años hasta que
perfeccionen tanto el vocabulario como la gramática.
Existe una disociación entre la comprensión y la producción
del lenguaje. En concreto, los niños pequeños son capaces de entender frases
complejas que no podrán generar por ellos mismos hasta más de dos meses
después.
Hay dos tipos de errores muy frecuentes durante la época de
adquisición del lenguaje: las sobreextensiones y las infraextensiones. Los
primeros son generalizaciones consistentes en usar una palabra para designar
otros objetos, como llamar “perro” a todos los mamíferos; las infraextensiones
o subgeneralizaciones son errores opuestos a estos.
A medida que los pequeños crecen tienen lugar distintos
hitos que serán fundamentales para el desarrollo del lenguaje adulto. Entre
otros, tienen gran importancia la identificación de las formas irregulares, la
adquisición de los modos verbales y el progreso del conocimiento
metalingüístico y metacognitivo.
Comentarios
Publicar un comentario